Con el nuevo cambio de imagen, surgió la necesidad de actualizar también el estilo de fotografía de la marca, para todos y cada uno de los soportes utilizados. Transmitir al máximo el sabor y la apetitosidad del producto; destacar la calidad y naturalidad de los ingredientes; o demostrar la artesanalidad en la elaboración de las pizzas eran los principales ‘mandatories’ por cumplir.
Una vez bien analizado el briefing de cada campaña y estudiados los principales medios donde aterrizarla, procedía a elaborar la PPM con anotaciones a tener en cuenta por parte del atrecista, home-economist, cocinero, ayudantes y, por supuesto, el fotógrafo.
Sesiones de 3 o 4 tomas de media para usarlas en lanzamientos, campañas de recordatorio, menú-boards en local o fichas para la tienda online, bodegones de producto, formatos apaisados y verticales, tomas artísticas y descriptivas, etc. Al fin y al cabo, teniendo en cuenta todas las variables posibles para ir generando un banco de imagen propio y de calidad, con el que cubrir cualquier necesidad de comunicación.