Después de más de ocho años de trayectoria, con una nueva junta directiva y grandes expectativas de cara al futuro, uno de los clubes deportivos LGTB más grande de España necesitaba urgentemente una nueva imagen corporativa: más profesional, seria, versátil, creciente; que comunicase y transmitiera una serie de valores, intrínsecos en el ADN de la institución.
Respetando únicamente el arcoris como recurso gráfico, había que partir completamente de cero. Desde la selección de tipografías corporativas -una principal, otra secundaria y algunas complementarias-, la elección de una nueva gama cromática o la creación de una iconografía ad-hoc, pasando por la ideación de un nuevo logo con el que -una vez aprobado- se diera paso a la elaboración de un manual de aplicación de imagen, cartelería genérica, merchandising, todo tipo de material promocional o hasta nuevas equipaciones.
Especial relevancia tomó la conceptualización del anagrama o imagotipo que, además de cuidar la estética, tenía que poder ser usado indistintamente por cualquier sección del club -en cualquier tipo de soporte, contemplando posibles limitaciones técnicas- haciendo especial hincapié en transmitir esos valores de los que tan merecidamente puede presumir el club: diversión, grupo, diversidad, equipo, grandeza, comunidad, punto de encuentro, deporte, victoria, celebración y, en definitiva, fe-li-ci-dad.